martes, 5 de agosto de 2008

ARISTA PEYREGET AL PETIT MIDI

Hay veces que la vida cotidiana nos va desgastando y no nos damos cuenta, situaciones vividas que dejan posos de dolor en nosotros, enraizan y es difícil eliminarlos...sólo cuando liberas tu mente los descubres o les asignas un justo valor, sólo ahí aprendes.

"Sólo el gran dolor es, como maestro de la gran sospecha, es el que puede liberar el espíritu...es sólo el gran dolor, ese lento y prolongado dolor que se toma su tiempo y en el que estamos como si estuviera quemando con leña verde, el que nos apremia a nosotros, filósofos, a descender hasta lo más profundo y a privarnos de toda confianza, todo lo que es bien intencionado, mitigado, gentil, mediocre, en donde quizá rebosaba previamente nuestra humanidad. Dudo que tal dolor nos , pero sé que nos hace más profundos..." FRIEDRICH NIETZSCHE (La Gaya Ciencia 1887)

y estamos encadenados juntos en la casa del dolor buscando nuestras verdades...más allá del bien y del mal.

El parking donde dejar el coche, un kilómetro más allá del Puerto del Portalet, es el punto de partida para la aproximación al Refugio de Pombie, el camino hasta el refugio siempre está muy transitado y es visible perfectamente. Antes de salir nos aseguramos que llevábamos la cuerda de 60 metros, los arneses, cascos, algún fisurero y friends...habíamos leido que algunas cordadas llevaban pies de gatos para los tramos más difíciles, nosotros fuimos con zapatillas y no echamos de menos los gatos para nada...
ARISTA PEYREGET AL PETIT MIDI D´OSSAU


En poco más de tres cuartos de hora de camino llegamos al refugio Pombie (2.032 m) pasando por el collado (Soum de Pombie 2.129 mts.) donde la vista de la arista ya comienza a aparecer.


De ahí nos dirigimos al collado Peyreget, el cual alcazamos en menos de una hora y continuamos por una senda 20 minutos más para llegar directamente al inicio de la cresta.


Se progresa fácilmente subiendo sobre la vertiente derecha, hay muchos hitos, tantos que llegan a confundir porque indican varios caminos a la vez. Al cabo de un tiempo topamos con un corredor-pedrera muy inclinado, fácil pero peligroso por lo expuesto, que cruzamos en su parte alta. A partir de aquí, los pasos se hacen más divertidos, con buena roca (II grado encadenado y algún paso de III).
Utilizamos una cuerda para ir en ensamble a partir de la base de una pendiente muy empinada de unos 25 metros, en cuya parte más alta existe un rapel; en lugar de ascender por la pendiente hicimos una travesía de unos 20 metros ligeramente perpendicular y tras superar este tramo ascendimos directo (II-III) hasta la misma arista, paralelos a un corredor casi vertical. En la arista, se veía delante de nosotros la llamada "mano de Peyreget": un gran gendarme-contrafuerte con cinco puntas en su cima. La mirada atras para ver lo que ya está hecho...


A partir de aquí se avanza por la izquierda, los pasos son más fáciles pero inestables por la mala roca. Así, en ensamble, buscando la mejor ruta se llega a la arista para pasarnos nuevamente a la derecha y escalar la chimenea o diedro final, casi vertical aunque no difícil (III+), de unos 50 metros desde su ataque al oxidado descuelgue (un buril con chapa de ala de mosca, un bulón con anilla y varias bagas de cinta y cordino). Esta chimenea es segura y divertida, al principio hay un buen seguro y a mitad otro, por lo que puedes asegurarte ahí. La roca es buena y no hay necesidad de poner empotradores. Una imagen de la chimenea...

De la reunión a la cima no quedan más que cinco minutos.

La vista es impresionante, sobre todo hacia el Gran Pico Midi D´Ossau, cuya cima se eleva entre 70 y 80 metros por encima, aunque parece más como se ve en la foto.




La bajada es volver por el mismo camino, dos rápeles para la chimenea terminal y otro para la pared vertical, todos ellos equipados.

Al salir de la arista y volver al refugio no podemos evitar mirar atrás y ver a los dos grandes juntos...