Tras estar un par de días en Marrakech, paseando por sus calles, por su bazar, oliendo y absorviendo su colores y olores, Mohamed decidió que ya era hora de que conociera la verdad sobre el pueblo bereber, su pueblo y por el que lucha para que se reconozcan su bandera y sus costumbres. La vida de "Moha" siempre ha sido una lucha...en un país donde el libre pensamiento está penado.
Fuimos a los pueblos del Alto Atlas, estuvimos una semana y media andando por poblados remotos, aislados, a 5 días de la electricidad, dormíamos en las cuadras de los poblados, siempre a merced de la enorme hospitalidad de esta gente que no tienen NADA pero su afan es DAR...viví situaciones horribles, indignación, viví situaciones maravillosas, alegría...tuve las emociones a flor de piel cada segundo..."Marruecos, pais de los sentidos".
Lloré, es cierto...pero también reí. Lloré porque ví miseria, porque ví niños gangrenados sin posibilidad de ir a un médico, lloré porque a pesar de curarles las heridas ese día sabía que al día siguiente ya no tendrían quien les curara...la crudeza, viví las leyes de Darwin...
...pero también lloré de felicidad, por el agradecimiento que se veía en sus ojos, por la hospitalidad, por la generosidad, porque me enriquecieron con su forma de ser.
Dejamos atrás el aislamiento y la riqueza emocional (con mucha pena, me costó muchísimo adaptarme de nuevo a la "civilización" ) y decidimos ir a la zona del M´Goun para ascenderlo. Pero en mi mente no olvidaba el olvidado Atlas, sus paisajes y su gente...
IRHIL M’GOUN (4.068 m)
El autobús, peculiar transporte en este pais, llegamos a Amesgag (1.800 m de altitud), y desde aquí decidimos empezar a andar y ganar desnivel a pesar de la hora que era. Nos adentramos por una impresionante garganta, atravesando incontables veces el rio Aït Ahmed, siendo un recorrido de suave desnivel. Atravesamos los poblados de Amesker el Tatani y Amesker el Fougani, entre otras pequeñas aldeas perdidas en aquel valle cuyo fondo aparecía salpicado de huertos y choperas, mientras las empinadas laderas se cubrían de viejas sabinas. Al caer la tarde, acampamos a la sombra de un viejo Ksar, muy cerca de una de las últimas aldeas que íbamos a encontrar antes de terminar el valle, a unos 2.800 m. de altitud aproximadamente...el paisaje había cambiado radicalmente durante el día, pasando a ser un auténtico desierto de montaña, estábamos entre las cumbres Tizi el Fougan y Tighremt-n-Ticki, y desde aquí divisamos una impresionante ladera que culminaba en la punta Este del macizo central, con 3.993 m.
Nos levantamos antes del amanecer y emprendimos la subida con dirección a la cota 3.993 por su ladera sur, más de 1.000 m. de desnivel sin tregua. Subimos con zapatillas de trekking, sin ningún tipo de problema.
Tardamos unas cuatro horas en conseguir la mencionada cota. Una vez allí, con una pendiente mucho más suave, a la izquierda de nosotros se extendía la cresta que culmina en la punta más alta del macizo, el Amsod - Irhiul M´Goun, con 4.068 m. Ibamos bien de tiempo, además arriba no existía ninguna nube, solo corría algo de viento. Gozando de la magnífica cresta facilona y sin riesgos, del tiempo que hacía, y sobretodo del paisaje que desde allí se divisaba, en poco menos de una hora, tras superar un par de cotas secundarias, llegamos por fin a nuestro gran objetivo.
Desde la cumbre se divisa una vista hermosa, hacia el sur el Jbel Aklim con su cara norte cargadísima de nieve, al fondo el desierto y el valle del Dadés y hacia el norte se delimitaba claramente el Medio Atlas.
Tras los abrazos y fotos de la cumbre emprendimos el interminable descenso por la otra vertiente, 1800 m de desnivel... 1000 de ellos por una pedrera interminable...15 horas caminando...
Este vasto y arrugado telón de fondo iría poco a poco tiñéndose hasta un rojo púrpura, en uno de los mayores espectáculos de montaña que he tenido la suerte de contemplar.
TOUBKAL (4.167 m)
El Toubkal, con sus 4.167 m. de altura, es la cumbre más elevada del norte de África y, por lo tanto, también de Marruecos. Viajamos en autobús hasta Imlil situada a 1.740 m. de altitud en plena montaña, pasamos la noche allí en un refugiuo del CAF , y al día siguiente nos fuimos directos hasta el Refg. Neltner (3.207 m), después de recorrer el Valle de Mizane a lo largo de unos 11 km. y de haber pasado por el pequeño santuario de Sidi Chamharouch (2.310 m).
Para subir al Toubkal desde el refugio lo normal es subir por el Ikhibi Sur, al estar más cercano al mismo, se trata de una sucesión de pedreras uniformes. Al final del mismo se encuentra el Collado o Tizi Toubkal (3.791 m) - desde el que también podremos ascender al cercano Toubkal Oeste (4.030 m) en pocos minutos-; continuaremos subiendo en dirección N. hacia la arista cimera, que nos dejará sin especiales dificultades en la cumbre después de unas 5h. de ascensión.En vez de regresar por el mismo itinerario descendimos hacia el Norte bajando hasta el Tizi Imuzzer (3.950 m) desde el que, girando netamente hacia el Oeste, entramos en el Ikhibi Norte por el que bajamos hasta el Valle de Mizane.
Desde quí continué mi viaje hacia Chaguen...de este sitio mis recuerdos son algo más difusos, jeje!
Continué hacia el Sahara, dormí entre dunas, y terminé en Argelia, pero allí tuve que ir muy tapada y con cuidado ya que la situación no era la más recomendable para una turista.
Cuando regresé a Bilbao yo misma me notaba cambiada, ha sido uno de los viajes que más me ha marcado emocionalmente...las vivencias fueron tan intensas, conocí tanta gente...viví una boda bereber (a la cual fui invitada), celebraciones islámicas en mezquitas tapada como si fuera una más, estuve en una escuela del corán, pude ver cómo viven de verdad en el Atlas más profundo, y lo más impotrante...viví el sin sentido de la sociedad en la que vivimos.
YO MISMA